LOS OLAGUIBEL, GANADORES DEL RALLY AMPPA TEHUACAN 99. Manuel Olaguíbel es un hombre que se ha ganado el respeto de los pilotos privados que lo conocen. Gran entusiasta de la aviación, mantiene sus aviones en perfecto estado y los vuela con seguridad. Ha participado en todos los rallys AMPPA y siempre había quedado en lo alto de la tabla de resultados, pero nunca alcanzado el primer lugar. Ahora, llevando a su hijo Luis como navegante, realizó un recorrido excelente en su Cessna 182 y sacó mucha ventaja al resto de competidores, asegurándose el lugar de honor. El Navion en que llegó Luis se quedó en la plataforma, y fue admirado por todos por la magnífica restauración que los Olaguíbel le han hecho.
El segundo sitio fue para Clemente Maitret, ganador del año pasado, llevando de navegante a Jaime Melo en el Cessna 185. El tercer lugar se lo llevaron Jorge Cornish y Felipe Usúa, padre, en el Mooney Rocket que le dio la vuelta al mundo. Alejandro Andarza volvió a realizar el mejor aterrizaje a la marca; el año pasado lo hizo en un Cessna 150 y ahora en un bimotor Piper Séneca. Los "Nachitos", en su adorado Piper Comanche, se llevaron el premio al novato del año. Ricardo Gil, de León, fue otro novato que participó en el rally y lo hizo solo, sin navegante, pero desafortunadamente no pudo quedarse a la cena de premiación.
Además del Navion de los Olaguíbel, estuvo en plataforma otro avión de esa época restaurado a la perfección: el Piper Cub J-3 de Rodolfo Prieto. Federico Reinking, que alguna vez fue dueño del Cub, comentó "¿porqué lo vendí?", compró una foto para el álbum y expresó el deseo de poder volver a volarlo algún día.
La organización del rally por parte de Eduardo, Felipe y Luisa fue perfecta, aunque las preguntas capciosas frustraron a algunos (¿cuántos meses del año tienen 28 días? todos). Desafortunadamente Luisa no estuvo presente, debido a que no le entregaron a tiempo su nuevo CAP-10, en Estados Unidos, con el que seguramente hubiera deleitado a los asistentes haciendo piruetas.
El rally AMPPA Tehuacán, sumado a la AeroExpo en Acapulco, la Operación Amigos en Monterrey y el Festival de Mascota (ver páginas interiores), celebrados en lo que va del año, prueba que aunque la aviación general nacional se ha visto afectada por crisis económicas y políticas y medidas oficiales que la desalientan, en México existe entusiasmo y amor por la aviación. Enhorabuena.